Flora
melífera.La flora apícola de la zona tropical de
América, ha sido poco estudiada, solo
se conoce antes de 1959 el
trabajo "Plantas
Melíferas en Cuba"
(Roig, 1954) y revisando la literatura
apícola, solo se hallan simples listas de plantas de
muy dudoso valor
práctico para el colmenero; en ellas, a veces, no se
hace referencia a las verdaderas fuentes
de néctar, a especies que contribuyen en no poca
proporción a la cosecha de miel.Se denomina Flora apícola al conjunto de
plantas de cuyas flores las abejas obtienen el
néctar y polen. El
conocimiento de dicha flora, o sea, de las plantas
nectaríferas y poliníferas de cada
región particular, la época y duración
de su floración, y su valor relativo como fuentes de
néctar, polen o ambas sustancias a la vez, es
indispensable para lograr buenos resultados en la producción de miel en escala
comercial (Roig, 1954).Al reconocer e identificar el tipo de vegetación predominante, época
de floración y la interrelación con los
microclimas existentes, se podrán establecer
condiciones que permitan mejorar las características
organolépticas de las distintas mieles estableciendo
índice de calidad
tanto en color,
sabor como el aroma mismo y en general la
composición exacta del producto, al mismo tiempo
establecer las relaciones integrales entre estos índices de
calidad con el clima, la
vegetación y la calidad del producto, para realizar
actividades de trashumancia en diferentes zonas
geográficas.En la actualidad se trata de combinar el manejo
del bosque con las abejas, de tal manera que las abejas
obtengan alimento y protección, mientras que los
árboles aseguran su
polinización y como consecuencia, la
producción de semillas viables y sanas para la
futura regeneración del bosque (Svensson,
1991).En forma muy positiva los proyectos de agroforestería se
están tratando de implementar con programas
de reforestación en donde se siembran árboles
de diferentes especies (Méndez, 1999)., esto aumenta
la cantidad de especies melíferas en el ecosistema (Stanford, 2001).Este cambio
de actitud
favorece la diversidad floral dentro del rango de vuelo de
las abejas. Recordemos que el rango de vuelo de las abejas
sin aguijón es por lo general entre los 600 y 2400 m
(Biesmeijer, 1997) y que los remanentes del bosque entre
estas distancias y los cultivos pueden proveer de adecuadas
poblaciones de abejas (Heard, 1999) y que las abejas
producen más miel bajo condiciones de balance
ecológico y multifloral (Hill y Webster, 1995),
además los parches pequeños con flores atraen
y mantienen esas poblaciones de polinizadores
brindándoles alimento.En los bosques que se alteran por
extracción de madera y
deforestación, disminuye la cantidad
de especies melíferas y en este sentido, se pueden
establecer medidas para la conservación de estas
especies, hecho que traería la protección de
las abejas sin aguijón (Vit et al.,
1994)Las abejas melíferas (Apis
mellifera) se han combinado fácilmente con la
reforestación para aprovechar la
tierra que no es apta para la agricultura. Esto ha sido posible ya que las
colmenas requieren de poco espacio y el trabajo
del agricultor puede ser y es una alternativa
complementaria con otras labores del agricultor.
Además el sistema
agroforestal se puede combinar con la apicultura
para obtener miel y otros productos. De hecho, en las áreas
tropicales y subdesarrolladas los proyectos que han surgido
para integrar las abejas y el bosque han sido con la abeja
melífera (Whatson, 2001).La polinización de especies forestales
nativas, ayuda a conservar las cuencas y nichos
ecológicos. Es así como la apicultura en el
ámbito internacional es un insumo que interviene
directamente en la producción agropecuaria de los
Países desarrollados, donde existe la cultura
del uso de la polinización y las tecnologías
limpias para el desarrollo del sector.Aspectos de
la bioecología de la abeja de la tierra
(Meliphona beecheii).
Ponderadas sobre todo por su aspecto utilitario (el
valor alimenticio de la miel que producen), las abejas han sido
desde muy antiguo uno de los insectos mas cuidados por el hombre. La
costumbre externa de buscarse sus propios alimentos en las
flores ha sido también símil y metáfora de
no pocos poetas a través de la historia.
Poco después del descubrimiento de
América, los españoles encontraron que desde
México
hasta Brasil los indios
sabían aprovecharse de la miel elaborada por gran variedad
de abejas silvestres, algunas de las cuales eran muy parecidas a
las del viejo mundo. Sin embargo, quedaron muy sorprendidos de
que todas carecieran de aguijón y que no almacenaran sus
doradas reservas en panales, sino en extrañas y
frágiles ánforas de negra cera.
Según Simón un español
que estuvo en Venezuela por
los años 1612- 1613 dice que en esta zona las abejas hacen
la miel de diferente modo, unos en huecos de árboles y no
hacen panales como en Europa, sino que
van creando una corteza de cera tan grande como un huevo, y
dentro todo lleno de una miel líquida y sabrosa. Y de
estos juntan muchos de unos y otros, en ocasiones se hallan
racimos de 20 y 30 huevos, pegados de muy linda y clara miel y la
cera es bastante buena.
También refiere que estas abejas son de cuerpo
pequeño, mansas. A las abejas descritas anteriormente se
les denomina MELIPONA y TRIGONA, asignándole un lugar
intermedio entre el género
APIS (que se considera compuesto por el miembro mas avanzado del
grupo) y el
genero BOMBUS
(abejorros), los mas primitivos.
Al grupo meliponidae, abejas sin aguijón, son mas
de 500 especies con representantes en todos los continentes
excepto en Europa. Son exclusivas del nuevo mundo, estas abejas
son más pequeñas que las abejas europeas, pero son
más corpulentas y tienen el cuerpo largo, las alas mas
cortas que el abdomen, que es convexo en su parte superior y
ligeramente aquillado en su parte interior. Crían sus
reinas en celdillas ordinarias y no pueden ser diferenciadas de
las que producirán obreras o zánganos.
Se ha estimado que solo el 5% de los millares de
especies de abejas que existen en el mundo viven agrupadas o en
sociedad. Las
"abejas sin aguijón" pertenecen a las categorías de
insectos sociales. En contraste con la Apis melífera que
prospera en casi todas partes y los abejorros (Bombus sp) que
están bien representados en las regiones templadas y
sobreviven aun a grandes altitudes, las meliponas solo pueden
vivir en los trópicos, y perecen invariablemente en los
inviernos cuando se les trasladan a zonas templadas. A las
disímiles características que presentan, cuando se
les compara con otros miembros de la gran familia de los
APOIDEOS, su clasificación todavía no se ha
establecido de modo definitivo generalmente se les conoce el
mismo rango que a las abejas melíferas (Apis) y a los
abejorros (Bombus). Para Schwarz, del museo de historia natural
de Nueva York, forma la familia
MELIPONIDAE, que comprende tres grandes géneros: Melipona,
Trigona y Lastrimelitta.
Distribución geográfica: las especies de
meliponas se encuentran altamente distribuidas en las regiones
tropicales y sub – tropicales del mundo. Se hallan en todos los
continentes excepto en Europa. Abejas del género melipona
son exclusivas del nuevo mundo. En América existe una gran
variedad de estos insectos, que tienen su máxima
representación en el sur de Brasil. Con excepción
de Chile, se encuentran en casi todos los países de
América del sur, aunque en Argentina se encuentran
confinados a extremo norte del territorio. También habitan
toda la América central y las zonas cálidas de
México. Según Lutzy Cockerell, existen en total 66
especies y subespecies de meliponas en México,
América central y las Antillas.
En cambio, la fauna
melipónida es muy pobre, con pocos representantes en las
Antillas Menores cercanas al continente. No se conocen en las
Bahamas, Puerto Rico ni en
las islas vecinas. En Cuba y Jamaica existe una sola especie. La
especie mas difundida en México es la melipona beecheii
Bennett. Es la única que se halla en estado de
domesticidad, pues los rancheros la prefieren por ser muy
dócil y por su elevado rendimiento de miel. Una variedad
de esta melipona es la que se encuentra en Cuba y Jamaica, la
Melipona beecheii variedad fulvipea Guerin, con la que tiene
muchas cualidades en común.
El tamaño de las Meliponas varia desde 2 hasta
13.5 mm. Las obreras de Trigona duckei Friesse, es la mas
pequeñas de las abejas conocidas, las mas pequeñas
corresponden al grupo de las Meliponas interrupta. La obrera de
la primera mide de 8.5 a 11mm, la especie cubana, de 8 a 10 mm.
La figura y el color del cuerpo también difieren
considerablemente de una especie a otra. La variedad fulvipea
presenta la cabeza de color pardo oscuro, cubiertos de vellos
amarillos, y los ojos de un azul verdoso, el tórax es
negro, cubierto de un pelo blancuzco por delante y rojizo por
detrás. También el abdomen es negro, con franjas
anaranjadas entre los seis segmentos que lo constituyen (en la
abeja europea el 7mo segmento corresponde al aguijón). La
reina virgen y el macho son de menor tamaño que las
obreras.
Las otras especies del grupo beecheii son de color
más oscuro y varia la cantidad de abejas por colonia, en
algunas especies constan de pocos individuos, mientras que otras
son muy populosas, se han contado hasta 80000abejas adultas. Las
colonias del grupo beecheii tienen por lo regular 300 o 500
obreras, aunque no es raro encontrar colonias de mayor
tamaño. Al escoger sus moradas muestran instintos muy
diversos. Casi siempre prefieren el tronco hueco de un
árbol, más raramente las ramas o raíces,
abecés ocupan la grieta de una roca, el nido abandonado de
otro insecto o algún espacio
subterráneo.
La colmena esta constituida por un nido de
incubación o llamado también cámara de
cría o núcleo, donde nacen y se desarrollan las
larvas y por montones de odres, llamados zorullos, botanas o
ánforas, donde se almacenan los alimentos formados todos
por finas laminas de ceras y propóleos de color mas menos
negro llamadas cerumen. Múltiples cortinajes de finas y
esponjosas laminillas de cera que forman el involucro, adheridas
a las paredes del nido por medio de mínimas y
frágiles columnillas, barras y otras conexiones hechas de
cera, finas y delicadas hojas del involucro, superpuesto y
separadas entre si que forman capas de considerable espesor, que
siempre encierran una cavidad mas o menos esféricas, donde
están situados el núcleo de cría o
cámara de incubación. A través de la cortina
del involucro existe múltiples pasajes, las colmenas
tienen una sola piquera tan reducida que puede ser obstruida
totalmente por la cabeza de una sola de las abejas que
allí habitan.
El núcleo de incubación se encuentran
panales horizontales, superpuestos, formados por celdas
verticales, sostenidas por breves y delicados soportes o
colmenillas. Cada panal consiste en una sola cámara
superior de celdillas, con sus aberturas por encima, en estas
cámaras de crías nacen y se desarrollan las larvas.
Rara vez hay mas de 40 panales. Por lo general hay solo 6 u 8
superpuestos. Las obreras van agregando nuevos panales en la
parte de arriba, comienza la construcción de cada uno de ellos por la
celda central, la cual se mantiene suspendida sobre un
minúsculo pedestal de cera, encima del ultimo panal
superior, después que esa primera celda ha sido provista
del alimento necesario viene la reina y deposita un huevo dentro,
enseguida la celda cera operculada (sellada) con cera por las
obreras. Alrededor de la primera celda, en anillos
concéntricos sucesivos agregaran muchos más. En
cada de ellos, a medidas que sean construidos, serán
depositados el debido alimento y el huevo correspondiente. Solo
cuando esta operación ha sido concluida y selladas las
celdas de cada anillo se procederá a la
construcción del siguiente. El alimento colocado en las
cerdas a por las abejas nodrizas es un liquido de color pardo,
oscuro, que lleva añadida gran cantidad de polen
humedecido con una secreción glandular y que tiene un
fuerte sabor ha ácido. Las celdas de cría que
componen los panales de las Meliponas son completamente regulares
y hexagonales y constan de un conjunto perfectamente uniforme,
cada celda es lo suficientemente amplia para contener las
provisiones requeridas para una sola larva y únicamente un
huevo es puesto en ellas.
Hay alimentación
posterior y sucesiva de las larvas, como en las abejas europeas,
inclusive en las especies de Trigonas que como sabemos hacen
celdas reales, no hay producción de jalea real ni
alimentación continuada sino total, las larvas, al
madurar, hila su propio capullo y allí luego se convierte
en ninfa o crisálida. Ha su debido tiempo las obreras roen
por fuera la mayor parte de la cera, la cual remueven para usarla
en otras labores. Así el capullo viene a quedar expuesto
casi en su totalidad,
Cuando la futura abeja llegue hacer adulta
emergerá y los restos del capullo serán arrojados
fuera del nido. A medida que los nuevos panales son
añadidos encima de los viejos van siendo destruidos abajo
esto lógicamente hace creer que la cámara de
incubación continuamente se mueve hacia arriba; pero esto
no ocurre porque a la par que los viejos panales son destruidos,
los viejos se van hundiendo poco a poco, abriendo espacio encima
de ellos.
Se han hecho pruebas que
demuestran que estas especies son incapaces de producir reinas
partiendo de larvas de obreras, por lo que se presume que el
sexo esta
determinado genéticamente en el huevecillo. Ellas
nidifican en cavidades mucho mayores que lo necesario construyen
paredes o tabiques con cera, tierra y propóleos
ánforas y la miel. Las Meliponas dentro de sus colmenas
rodean el involucro que resguarda al núcleo de
incubación o cámara de cría, con los
montones de odres que ellas construyen para almacenar sus
alimentos, están hechos de una cera fina suave y delgada,
siempre de color mas menos oscuro. Las abejas al fabricarlos
dejan un orificio de unos 5 mm de diámetro en la parte
superior y por allí lo penetran para depositar la miel o
el polen en su interior, cuando están completamente lleno
cierran el orificio con un parche de cera similar.
Estos sorulos o la cera de que están formados
parecen tener cualidades preservantes, pues el polen almacenado,
mientras allí permanezca, se conserva indefinidamente, en
cambio si se saca fuera puede enmohecerse con mas o menos
prontitud. Probablemente algo parecido ocurre con la miel, puesto
que, como ya en 1780 lo observara el padre Gily: "para
conservarla sin corrupción
los europeos la cosen y la ponen bien cerradas en frascos ". La
calidad de la miel de las Melipona depende de la especie de
planta que suministra el nectar, es tan liquida como el aceite y de un
gusto ligeramente ácido.
Por las virtudes medicinales que se le atribuyen, esta
miel a sido muy apreciada desde los tiempos precolombinos
mezclada con diversas sustancias se a empleado como medicamento
en afecciones de la nariz oídos gargantas y pulmones, en
las heridas la disentería para aliviar la
constipación y en forma de fomentos aplicados sobre
quemaduras, como tónico para las mujeres recién
paridas, hemorroides, amebiasis, catarro conjuntivitis, diarreas
etc.
Además se plantea que ayuda en el rebrote de los
dientes de los niños
en la recuperación de los niños desnutridos y en el
cierre de la mollera en los recién nacidos.
En Cuba es muy solicitada la miel de la tierra, nombre
que le asignan la Melipona nativa del país o a su miel,
para tratar ciertas afecciones oculares de origen inflamatorio.
Se asegura que en la catarata senil detiene o aminora el proceso de
opacidad del cristalino. Como el suministro de esta miel es muy
reducido alcanza en la Habana un precio de 10 a
12 veces superior al de la miel de abeja Europea.
2.3. Las abejas, las flores y los
frutos
Durante mucho tiempo existió la creencia
totalmente errónea de que las abejas dañaban a las
flores y los frutos, creencia que fue totalmente superada por
numerosas investigaciones.
Las mandíbulas de las abejas son incapaces de herir la
epidermis del más delicado fruto o flor y cuando mas
pueden chupar los líquidos azucarados de frutos que han
sido dañados por otros insectos u otras causas. Abejas
enseradas en un local con racimos de uvas, fueron incapaces de
alimentarse de ellas hasta tanto no se les abrió la
piel, no
tardando entonces en consumirlos hasta el agotamiento.
Lo cierto es que, por lo contrario, la abeja constituye
un elemento de vital importancia en los ecosistemas.
Los científicos han llegado a asegurar que gran
número de plantas entomófilas desaparecerían
de la tierra de no existir la abeja como agente polinizador por
excelencia.
La presencia de abejas contribuye al aumento de
rendimientos de las cosechas, por ejemplo La producción de
soya se ha visto aumentada en un 15 a 20% (Ericksen, 1975). En
Australia la producción de miel es de unos 45000
dólares, mientras que el aumento de cosechas
agrícolas se calcula en 100 millones a 200 millones de
dólares. Otras investigaciones efectuadas en este
país arrojan los siguientes datos: panales
aislados de las abejas produjeron a razón de 8.6 kg de
frutas al año con 1.9 semillas por fruta promedio, las
polinizadas por las abejas 124 Kg de fruta con 7.2 semillas por
fruta. Cerezos aislados dieron como promedio 2 kg de fruta por
árbol, mientras los polinizados por abejas u otros
insectos rindieron a razón de 35 kg de fruta por
árbol. En Cuba, investigaciones no publicadas dan cuenta
de rendimientos en cítricos que varían entre 10 y
26 % cuando se colocaron colmenas en los huertos de este frutal,
no solo hay más producción por árbol sino
que las frutas son de mejor calidad.
En algunos países en que los cultivadores han
comprendido este beneficio, los apicultores obtienen ganancias
extras por las primas que reciben por llevar sus colmenas a las
granjas de frutales, cultivos de soya, girasol, alfalfa, etc.
Estos datos son suficientemente convincentes como para considerar
a las abejas no como enemigas del productor, sino por el
contrario como un valioso aliado al que debe
protegerse.
Materiales y métodos.
Caracterización del área de
estudio.
El área de estudio tiene una superficie total de
19 307 has, cuenta con 9 217 habitantes y según la actual
división política
administrativa del país está ubicada en el
municipio de La Palma, provincia de Pinar del
Río.
Esta área pertenece a la región occidental
y está ubicada en una zona de contacto donde inciden
varias sub-regiones geográficas que son: Sierra de los
Órganos, Alturas de Pizarras, Valles cársicos, y
Sierra de Guacamaya, razón de su extraordinaria variedad
faunística, florística y paisajística
(Núñez, 1982). Cartográficamente la zona
está ubicada entre las coordenadas planas rectangulares
313,150 – 335,150 mt y 326,000 – 268,400 mt, de las
hojas cartográficas a escala 1:25 000, emitidas por el
Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía (ICGC, 1982).
Los límites se
describen a continuación:
Norte: Sierra de Guacamaya, Pico Grande, Parte aguas
hasta La Varia.
Este: Pico Chico, Alturas de Pizarras, las Catalinas y
el limite municipal con los Palacios.
Sur: Límites de los municipios Consolación
del Sur y La Palma.
Oeste: Límites con el municipio de
Viñales.
2.1. 2. Características físico-
geográficas.
Las características
físico-geográficas del valle de San Andrés
se destacan por la complejidad causada por los procesos que
han actuado durante su formación (Pimentel
2003).
Geología.
Geológicamente, el área está
ubicado dentro de la zona tectónica facial de
Guaniguanico, coincidiendo en ella los complejos de unidades
conocidas por: Sierra de los Órganos y Sierra de Guacamaya
(Gutiérrez y Rivero, 1995).
Relieve.
De acuerdo al valor hipsométrico, se distinguen
cuatro tipos de relieve: llanuras (valle de Canalete) depresiones
(Abra de Caiguanabo); alturas (Pizarras del Sur) y
montañas (Pico Chico y Pico Grande), esto le confiere al
área una muy variada topografía (Novo, 1996).
Clima.
La caracterización climática está
basada en los valores
medios de las
Estaciones Meteorológicas de La Palma y la estación
Hidrológica Amistad, tomadas
en el período 1993-2003 (tabla 1).
Tabla 1. Características climáticas en el
periodo 1995-2005.
Variables | Características | ||
Ciclones | 1x dos años, durante Junio-Octubre, 50% | ||
Sures | Diciembre- Mayo, mayor incidencia en | ||
Vientos | Velocidad media anual de 4,0 Km./h, Dirección media: noreste Julio- | ||
Precipitaciones | lluvias (Mayo-Octubre, 75%), 1860 mm y pocas | ||
HR Media | 77%. Lluvia- 79%, Poca lluvia-75%. | ||
Temperatura | Media anual 24,2ºC. | Mínimas | Enero-18,2ºC. |
Máximas | Julio y Agosto-27,4 ºC. | ||
Horas sol | 2639 promedio en los últimos 10 | ||
Nubosidad | Promedio anual- 140 días nublados y 40 |
A manera de resumen se puede expresar que el área
de estudio el clima es tropical con épocas secas y
húmedas bien pronunciadas, que se corresponde con la
región climática Cuba centro occidental (Samek y
Travieso, 1968). Para (Borhidi,1974) el bioclima que corresponde
a la región, es el termoxerochiménico de las
variedades, seco (5-6 meses seco), medianamente seco (3-4 meses
secos) y semiseco (1-2 meses secos), con temperaturas promedio
anual que oscilan entre 24.0 y 25.8 ºC, las elevaciones
oscilan entre 200 y 230 metros, y sus temperaturas oscilan entre
los 23-24 ºC, con precipitaciones entre 1400 y 1600 mm
anuales.
Sin embargo, se conoce hoy, que la faja mogótica
de la Sierra de Los Órganos, tiene bioclima tipo tropical
caliente, con una estación seca, durante el otoño
hasta la primavera, con temperaturas que oscilan entre 22-24
ºC y precipitaciones entre 1200-1800 mm (Novo y Luis,
1989).
Samek y Travieso (1968), dicen que en la provincia de
Pinar del Río y la Isla de la Juventud,
están comprendidas en la climaregión "Cuba- Centro-
Occidental", subtipo "Típico". En esta parte del
archipiélago cubano, los promedios anuales de
precipitación fluctúan entre 1062 mm y 1569 mm y la
temperatura
media anual en la región, oscila entre 24.8 grados
Celsius.
Hidrografía.
Desde el punto de visita hidrográfico, el
área es de extraordinaria importancia, ya que está
contenida en la cuenca hidrológica del río San
Diego y Caiguanabo, cada cuenca cuenta con sus propias sub–
cuencas, formadas por ríos y arroyos como afluentes
(Pimentel, 2005).
Como consecuencia de las altas precipitaciones que
ocurren en el área y el predominio de rocas arcillosas
y arcillo–arenosas, que ocupan el 70% de su territorio, se
ha favorecido la existencia de un alto escurrimiento superficial,
dando lugar a ríos, cañadas y arroyos, siendo
interrumpido el escurrimiento superficial por la presencia de
zonas calcáreas, que dan lugar a las cuencas endorreicas,
que posibilitan la efluación de las aguas (Ares,
1999).
Características de las formaciones vegetales del
área de estudio.
La vegetación del área está
condicionada por distintos factores naturales, como el clima, los
suelos y el
relieve entre otros, que determinan su carácter. Lamentablemente, desde finales
del pasado siglo esta área fue sometida a una
devastación bastante fuerte, con el propósito de
acondicionar tierras para el desarrollo agropecuario, esta
explotación irracional de los bosques solo se vio frenada
en las zonas montañosas de más difícil
acceso (Valdés, 2003).
En este acápite se dan las características
más generales por tipo de formación vegetal,
clasificados según Capote y Berazaín
(1984):
Pinares.
Esta formación vegetal se desarrolla sobre
esquistos (Pizarras), presentan una capa arbórea, formada
por pino macho (Pinus caribaea) y pino hembra (P.
tropicalis) especie endémica que ocupa los terrenos
más áridos (Ares, 1999).
En su estrato arbustivo, se destaca la presencia de una
especie endémica: La Guayabita del Pinar (Psidium
salutare), además están presentes la Malagueta
(Xylopia aromatica), vaca buey (Curatella
americana), Peralejo (Byrsonima crassifolia),
Cordobán (Pachyanthus poiretii). El estrato
herbáceo es bien denso, sobre todo cuando la densidad del
pinar es baja, abundando gramíneas del género
Andropogon, así como distintas lianas y bejucos
(Valdés, 2003).
Bosque semideciduo.
Este tipo de vegetación ha sido la más
alterada en el territorio, dando lugar en muchos lugares a una
vegetación secundaria, donde prácticamente
están ausentes las especies de valor maderable
(Álvarez y Varona, 1988). No obstante, aún existen
áreas de este tipo de vegetación, como en Sierra de
Guacamaya (Pimentel, 1987).
El bosque semideciduo presenta un estrato arbóreo
de 15 a 20 m de altura, donde se destaca la presencia de especies
como el Cedro (Cedrela odorata), Dagame
(Calycophyllum candidissimun), Baría
(Gerascanthus gerascanthoides), Jocuma
(Sideroxylum foetidissimum), Ateje (Gerascanthus
collococcus), Ayúa (Zanthoxylum
martinicensis), Palma Real (Roystonea regia) entre
otras. En su estrato arbustivo abunda la Yaya (Oxandra
lanceolata), Yaití (Gymnanthes lucida),
Guairaje (Eugenia maleolens), Guara (Cupania
americana), Sigua (Nectandra coriacea), Siguaraya
(Trichilia glabra), Cabo de hacha (Trichilia hirta)
y otras (Álvarez y Varona, 1988).
Vegetación de mogotes.
La vegetación de mogotes de la Sierra de los
Órganos, a pesar de estar antropizada, presenta una
vegetación mucho más rica que los restantes. Estos
mogotes, constituyen un complejo de formaciones vegetales, que
tienen sus características propias en dependencia del
suelo donde se
desarrollan, diferenciándose en la base de los mogotes con
suelo fértiles y húmedos (hoyos), una
vegetación de bosques semideciduos ricos en especies,
mientras que en los paredones predomina una vegetación muy
xerófila, abierta, de árboles y arbustos, con
escasas plantas herbáceas. En las cumbres, la
vegetación es arbustiva y densa con árboles
emergentes (Rivera, 1998).
Por su difícil acceso, esta vegetación ha
sido poco alterada y es rica en especies endémicas, entre
las que se destacan: la Palma de la Sierra (Gaussia
princeps), Roble Caimán (Ekmanianthe
actinophylla), Cuaba de Sierra (Ceratopyxis
verbenacea), el Protocán (Spathelia brittonii)
y otras exclusivas de la Sierra de los Órganos.
También aparecen otros endemismos de Cuba occidental, como
el Ceibón (Bombacopsis cubensis) (Capote, 1983;
Rivera, 1998).
Encinar.
El encinar es otra formación vegetal que, aunque
en pequeña escala, está presente en el área
de estudio. Esta formación se desarrolla sobre suelos
ácidos,
en Ceja del Río, Gavilán, Canalete y
Guacamaya.
Esta formación boscosa posee una capa
arbórea constituida por Quercus oleoides, ssp.
Sagraeana, que a veces se encuentra asociada con Almacigo
(Bursera simaruba), Macurije (Matayba apetela),
Peralejo (Byrsonima crassifolia), entre otros, presentando
un rico estrato herbáceo, formado por Hierba de Guinea
(Panicum maximun), Pangola (Digitaria decumbens),
Sacasebo (Paspalum notatum), Grama (Cynodon
dactylon), Pajón Macho (Sorgastrum stipoides)
entre otras, que son utilizadas en la actualidad para el
silvopastoreo (Valdés, 2003).
.Metodología para la
determinación y recolección de datos.
Al comenzar el trabajo, que tuvo una duración de
dos años, se determinó mediante encuestas, la
localización de los apiarios de colmenas de la tierra en
las cuatro formaciones vegetales presentes en el área,
eligiéndose las cuatro áreas para el
trabajo:
- Las Catalinas (Pinares).
- Ojo de agua
(Semideciduo). - Ceja del Río (Encinares).
- Pico Chico (Vegetación de mogotes)
Después de situadas cada colmena, se marcaron
transeptos radiales (cuatro en cada una) y se inventariaron las
especies de plantas melíferas a cada lado del transecto
(1000 m), este inventario se
repitió en el segundo año de trabajo. Este método de
investigación en ecología vegetal fue
utilizado anteriormente por Ayala (1989); Michener (1999);
Belbefer (2003). El largo del transecto elegido fue de 1000 m,
siguiendo a Noon (1981), quien recomienda que el largo del
transecto sea igual al área de vuelo mínima de la
especie.
La época en que florecen las plantas se
determinó mediante revisión de la fuentes
bibliográficas (Toledo, 2005), observaciones del autor con
la cooperación de los estudiantes del grupo
científico de la FAMSA y las encuestas realizadas a
pobladores del valle de San Andrés.
Análisis estadístico.
Se realizo un análisis de correlación de las
especies de plantas melíferas y la cantidad de colmenas en
las zonas anteriormente mencionadas.
En todos los casos se utilizó el programa
estadístico SPSS.
Análisis de impacto ambiental
y social.
Para el análisis de impacto ambiental se necesita
un equipo multidisciplinario (Hárrison, 1993), con el cual
no se contó y debido a esto solo se tuvo en cuenta el
posible impacto que tendría el manejo de la flora
melífera y las abejas de la tierra.
En cuanto al impacto social, se investigó entre
las personas que de una forma u otra, tenían o
habían tenido relación el manejo de las abejas,
peguntando sobre la contribución social que
obtenían con esta actividad.
Análisis económico.
La valoración económica del presente
trabajo se realizó mediante la determinación de
los valores de
la abeja de la tierra.
Resultados y
discusión.
Comportamiento del número de especies
melíferas y floración por meses, por formaciones
vegetales en el valle de San Andrés.
La determinación de las especies de plantas
melíferas y su floración por meses es importante
debido a que estos aspectos influyen directamente en las
poblaciones de abejas de la tierra y sus ausencias pudieran ser
un factor causal de la extirpación de la especie en el
valle de San Andrés.
Análisis de la cantidad de especies de plantas
melíferas por formaciones vegetales del valle de San
Andrés.
A continuación se analizará una muestra
gráfica de los resultados de los inventarios de
plantas melíferas, por formaciones vegetales, este
indicador nos puede dar un instrumento para un posterior
análisis del potencial Apícola del valle de San
Andrés.
Figura 1. Resultados del inventario de especies de
plantas melíferas, por formaciones vegetales.
Simbología: Pn—Pinares;
Sdc—Semideciduo; Enc—Encinares; XM—
Vegetación de mogotes.
Como puede apreciarse, el área de Ojo de Agua,
con una formación vegetal semideciduo, está mejor
representada en cuanto al número de especies de plantas
melíferas, es decir 61, valores estadísticamente
semejantes a la formación de encinares (Ceja del
Río) y a la vegetación de mogotes (Pico Chico), y
estas tres poseen más del doble, de las 23 que presenta
las catalinas en una vegetación de pinares.
Al realizar estos inventarios se observó que la
formación más antropizada era el encinar, por lo
tanto estos resultados niegan los obtenidos por Toledo (2005),
quien determinó que la cantidad de especies
melíferas era inversamente proporcional al grado de
antropización de las áreas, esto pudiera deberse a
las diferencias de duración de ambos trabajos, pues el de
Toledo solo se realizó en un año y el presente
duró dos años.
Resumen del comportamiento
de la floración por meses de las especies de plantas
melíferas, para todas las formaciones vegetales en el
valle de San Andrés.
Figura 2. Resumen del comportamiento de la
floración para todas las formaciones vegetales del valle
de San Andrés.
Simbología: PF— Total de especies de
plantas florecidas.
En la figura 2. Se refiere a la cantidad de especies de
todas las formaciones vegetales que florecen por diferentes meses
del año.
Al analizar los meses de mayor floración, se
observó que en mayo florecieron 76 especies, le sigue
abril (55) y Junio (51) y Diciembre con 40. Es necesario
señalar que este inventario solo incluyó especies
que las abejas visitan para recolectar néctar, polen o
propóleos y por lo tanto son reconocidas en la literatura
como plantas melíferas (Roig, 1954).
Los resultados anteriores son del mismo orden de los
obtenidos por Toledo (2005), para otras zonas de la propia
área de estudio.
Es significativo que los meses de mejor comportamiento
se correspondan con los cambios de estaciones, es decir, el mes
de mayo, es el comienzo de la temporada lluviosa, al igual que el
mes de Abril, que es más seco, pero ya ha ocurrido el
cambio hacia la primavera y posteriormente le sigue el mes de
Diciembre, con la presencia de muchas especies de enredaderas que
son visitadas por las abejas.
Plantas melíferas y floración por meses,
para cada una de las formaciones vegetales, en el valle de San
Andrés.
Este indicador puede ser importante desde la perspectiva
de la cantidad de especies de plantas que pueden florecer en una
determinada apoca del año, y que por supuesto
estará condicionada por las condiciones naturales de la
vegetación de cada una de las formaciones.
Las áreas pueden mostrar en un momento
determinado un comportamiento que no sea uniforme, que puede
estar influenciado por varios factores, entre ellos la
composición florística de las áreas de
estudio, las variables
climáticas y el grado de antropización en un
momento dado.
- Cantidad de especies melíferas y
floración por meses en la vegetación de pinares
(Las Catalinas).
En la zona de La Catalina (Pinares), se inventariaron
un total de 23 especies de plantas melíferas, escasas si
se comparan con otras formaciones vegetales, esto pudiera
deberse a la uniformidad de la composición de los
estratos vegetales, formados casi en su totalidad por pinos y
escasas especies herbáceas, con esta afirmación
coincide Stanford (2001), en sus trabajos sobre agroforesteria
y para en la propia zona Toledo (2005), obtuvo resultados
similares en Galalón, formación semejante a la
estudiada.
Figura 3. Comportamiento de la floración por
meses de las plantas melíferas en la formación de
pinares.
En esta zona es característico que su
comportamiento se manifiesta de forma muy similar a lo que
sucedió en el análisis de las tres zonas en su
conjunto, ya que los meses de Mayo, con 20 especies que florecen,
junio y diciembre con 17 especies, este comportamiento se
desvía al observar una cantidad elevada de especies
florecidas en noviembre (15), esto no coincide con resultados
anteriormente obtenidos para esta zona.
- Cantidad de especies melíferas y
floración por meses en la formación semideciduo
(Ojo de Agua).
En esta zona, con una vegetación rica en
árboles y arbustos y con menor grado de
antropización, se determinó que la diferencia entre
los meses de mayor número de especies florecidas (Abril,
mayo, marzo y junio), fué pequeña y estos a su vez
presentan casi el doble o mucho más del doble que el resto
de los meses del año. Es de destacar el comportamiento del
mes de octubre, mes lluvioso en los dos años trabajados y
en el que se inventariaron solo 12 especies florecidas, tal vez
motivado por las abundantes precipitaciones que ocurrieron en
este mes en esos dos periodos.
- Comportamiento de la floración en la zona de
Ceja del Río (Encinar).
Figura 4. Comportamiento de la
floración en Ceja del Río.
En el análisis de esta zona, que está
excesivamente antropizada, con explotaciones agrícolas y
ganaderas, se observa bastante estabilidad en la cantidad de
especies florecidas, es criterio de varios investigadores (Roig,
1954; Ericson, 1975; Kearns, 2001 y Toledo, 2005), que esto se
debe a la inclusión en la formación vegetal de
cultivos agrícolas y especies de pastos y forrajes, los
cuales florecen escalonadamente en todas las épocas del
año.
- Comportamiento de la floración en la zona de
Pico Chico (Vegetación de Mogotes).
Figura 5. Comportamiento de la floración en Pico
Chico.
En la vegetación de mogotes se determinó
la presencia de 53 especies de plantas melíferas, en el
análisis de la zona los meses de Mayo, junio y diciembre,
tienen un mejor comportamiento que los restantes meses,
coincidiendo con la vegetación de pinares. Es de destacar
además, que la mayoría de los meses tienen un alto
número de especies florecidas, con excepción de
septiembre.
En resumen se observa que en todos los meses y en todas
las formaciones vegetales, la flora melífera es suficiente
en calidad y diversidad de especies florecidas, aunque estos dos
años fueron atípicos en cuanto al clima se
refiere.
Estado actual de la población natural de abejas de la tierra en
cada una de las formaciones vegetales del valle de San
Andrés.
Entre los insectos sociales las abejas ameritan una
consideración dentro de la productividad y
el desarrollo del país, así como su aporte dentro
de la actividad pecuaria y la conservación de especies
rastreras y arbóreas consideradas como promisorias,
facilitando de esta manera la continuidad en la cadena productiva
y fortaleciendo los estudios biológicos,
ecológicos, genéticos que redunden en el
aprovechamiento racional de sus producción.
Figura 6. Comportamiento de la cantidad de colmenas por
formaciones vegetales, en el valle de San
Andrés.
Como puede apreciarse, la zona de Las Catalinas posee la
mayor cantidad de colmenas de la tierra, esto se debe a que el
Cuerpo de Guardabosques en coordinación con el Área Protegida
Mil Cumbres, se encuentran desarrollando un proyecto de
manejo in situ de esta especie en la zona.
En cuanto al pequeño numero de colmenas en el
encinar se debe a la presión
humana en esta formación vegetal.
En la vegetación de mogotes se encontró un
número elevado de colmenas, pero el total de estas estaba
situado en zonas casi inaccesibles para el hombre
(árboles altos, riscos de piedras, cuevas en lo alto de
los farallones, etc).
En el caso de Ojo de Agua (Vegetación
semidecidua), la población de esta especie es
también alto, y esto pudiera deberse a la
protección de los propios campesinos que la protegen por
la importancia alimenticia y medicinal que tienen sus
productos.
Análisis estadístico de los
resultados.
La correlación entre la cantidad de colmenas y
las plantas melíferas por zonas tuvo el siguiente
resultado.
Tabla 2. Correlación entre las variables
estudiadas.
PF | CC | |
PF | -0.52 | |
CC | 0.52 |
Correlación inversa pero no
significativa.
Al observar la matriz de
correlación se puede concluir que las variables
están fuertemente correlacionadas, esto demuestra la
relación casi perfecta entre la cantidad de plantas
melíferas y el número de colmenas por cada una de
las áreas monitoreadas, este fenómeno de
correlación altamente significativa pudiera reflejarse
para toda el área del valle de San
Andrés.
3.6. Análisis de impacto ambiental y
social.
En cuanto al impacto social; se plantea que con la
aplicación de este trabajo, se contribuye a resolver los
siguientes problemas
sociales:
- Mejoramiento del nivel proteico de la
alimentación de la población, mediante el
enriquecimiento de la dieta con una fuente de alimento con alto
nivel de nutrientes (miel de la tierra). - Creación de nuevas fuentes de empleo en la
zona. - Elevación del nivel cultural de la
población de la zona mediante el contacto con turistas,
especialistas y visitantes. - La educación de las nuevas generaciones,
basada en la ética
ambiental. Hasta el momento se han impartido conferencias a
obreros, estudiantes, escolares y campesinos sobre el
tema. - Fuente alternativa de alimentos durante la guerra de
todo el pueblo u otras situaciones extremas.
Análisis económico.
La valoración económica comienza por la
determinación de los valores de la especie.
Valores de la abeja de la tierra.
Según los resultados del presente trabajo la
abeja de la tierra tiene los siguientes valores
fundamentales:
Valor de subsistencia: durante la castra de colmenas el
recurso (miel, polen, cera y otros) lo obtiene el usuario
directamente del bosque. Este valor no entra en los
análisis económicos.
Valor económico: A pesar de no tener un precio de
venta oficial los
productos de la abeja de la tierra se intercambian y se venden,
tiene un valor monetario; esto permite su análisis
económico.
Valor recreativo: En muchos casos el manejo de esta
especie el recurso se disfruta como placer estético, pero
no se consume. No tiene valor monetario establecido, pero puede
calcularse.
Valor ecológico: El recurso brinda servicios
ecológicos al hombre, que en el caso de las abejas puede
ser polinización y la dispersión de semillas. No
tiene tampoco valor monetario establecido, pero puede
calcularse.
Los beneficios económicos que obtiene la
humanidad de la conservación de plantas y animales son
difíciles de valorar, aunque este interesante tema ha
tenido importantes contribuciones. Puesto que los recursos
biológicos no tienen un valor de mercado en la
actualidad, se han desarrollado otros métodos para
asignarles valor económico.
CONCLUSIONES.
- En el área de estudio existe una gran
diversidad de especies de plantas melíferas
suficientes para alimentar a mayor cantidad de abejas que las
que existen ya que están subutilizadas. - La mayor proporción de la floración
de las plantas melíferas de la zona de estudio se
corresponde con los meses de Abril, Diciembre y Mayo, siendo
este último el mes de mayor cantidad de plantas
florecidas. - La cantidad de colmenas está correlacionada
con la diversidad de plantas melíferas en las cuatro
zonas monitoreadas.
RECOMENDACIONES.
- Desarrollar un programa de divulgación
ambiental entre los pobladores locales, - Proponer a las entidades encargadas del manejo
forestal en la zona, que incluyan en los planes de
reforestación especies de plantas que florezcan en
épocas de escasa floración (coralillo,
dombella, lipia). Así como reducir la tala de especies
forestales melíferas. - Realizar estudios similares, con la
participación de todas las instituciones dedicadas a la protección
de la flora y la fauna en otras áreas donde se
presenten problemas
afines con esta u otras especies faunísticas en la
misma zona.
Bibliografía.
- Aguilar I. y S. Berrocal. (2003).
Caracterización morfológica de las abejas sin
aguijón de Cuba. Poeyana 372:1-14. - Arce J. y A. Van Veen. (1995). Espacios sin
habitantes. Parques Nacionales de América del Sur. Ed.
Nueva Sociedad, Suiza, UICN. 12-29. - Ares, E. (1999). Tablas dasométricas,
propuestas de categorías y valoración de
alternativas de manejo para los pinares naturales de la EFI
La Palma. Tesis en
opción al grado de Doctor en Ciencias
Forestales. Universidad de Pinar del Río.
177pp. - Ayala, C. N. (1989). Topes de Collantes. Vida
silvestre en el Escambray. Ed. Ministerio de Comunicaciones. La Habana. Cuba. 112
pp. - Asibey, E.O.A. y G.S. Child. (1990). Fauna y
desarrollo rural en el África Subsahariana. Unasilva
41:3-10. - Biesmeijer, T. (1997). Manejo de especies no
convencionales y su papel en la economía familiar. J. Anim. Sc.
65:223-298. - Batra, w. (1997). Global distribution of species.
Erdkunde Edit. 230 pp. - Belvefer T. (2003). Manejo de especies no
convencionales y su papel en la economía familiar. J.
Anim. Sc. 65:223-298. - Bookhout, T. (Editor). (1994). Research and
management techniques for widgets and habitats. The Wilder
Soc. Maryland. 80pp. - Buchmann E. y J. Nabhan. (1996). Nuestros bosques
norteños: Desvalorización y deterioro. Ed.
Labor. España. 166 pp. - Canter, L. W. (1998). Manual de
evaluación de impacto ambiental. Edit.
Labor. España. 589 pp. - Cardozo R. y J. Moreno (1995). Behavioral ecology
and conservation biology. Oxford Univ. Press, New York. 582
pp. - Cawghley, G. y A. Grunn. (1996). Conservation
biology in theory and practice. Blackwell science, Cambridge
Mass. 120 pp. - De la Ossa, V. y R. Riaño. (1997). Planificación y auditoria ambiental.
Carsucre y Fundación George Dahl, Edit. 52
pp. - FAO-PNUMA. (1985). Manejo de la fauna silvestre y
desarrollo rural. Oficina
regional de la FAO para América
Latina y el Caribe. Doc. Técnico 2. 161
pp. - Gutiérrez y Rivero, 1995; Gutiérrez.
R. D y G. M. Rivero. (1995). Mini geografía de Cuba. Ed, Ciencia y
Técnica. La Habana. Cuba. 28-32. - Harrison, U. J. (1993). Auditoria medioambiental,
higiene y
seguridad. Ed. Mc Graw-Hill. España. 280
pp. - Heard, F. (1999). Manejo de áreas naturales
y fauna silvestre. Manual. Universidad de Pinar del
Río. 169 pp. - Heemert y col. (1990). Apicultura tropical. Manejo
de especies. Rev. Aberdeen Angus 44:59-79. - Heywood, V. H; y R. T. Watson. (1995). Global
Biodiversity assessment. UNEP, Cambridge Univ. Press.
17-22. - Hill, N. R. y J. M. Webster. (1995). Human
disturbance of Sierra Nevada. Bighorn Sheep. J. Wildl.
Manage. 43: 909-915. - Ibarra, M. F. y colaboradores. (2002). Metodología de la investigación
social. Ed. Félix Varela. La Habana. 204
pp. - IUCN. (1978). Second draft of a world conservation
strategy. Merges: 96 pp. - IUCN. (1996). IUCN Red list of animals.
IUCN. Glad, Suiza. 17-19. - Kearns y col. (1998). Los bosques y la diversidad
biológica. Actas del XI Congreso Forestal Mundial
1:7-8. - Kile, R. (1987). Rodents under the carving knife.
New scientist :58-62. - López, C. C.; M. A. Iturralde; M. R. Claro;
T. G. I. Cabrera y Colectivo de autores. (2002). Introducción al conocimiento del medio ambiente.
Ed. Academia. 31 pp - López, F. (2001). Decisiones de altura.
Granma. 20-9-2001:3. La Habana Cuba. - Lutzy Cockerell, W. J. (1992). Managing protected
areas and Africa.
Paris. UNESCO/ World Heritage
Fund. 24-29. - Méndez, J. (1999). La abeja de la tierra.
Perspectivas para su manejo. Centro de desarrollo de especies
varias. MINFAR. 19 pp. - Michener, R. (1974). Los insectos y su papel en los
rendimientos agrícolas. Rev. Fac. Hum. y Ciencias 1:
15. - Michener, N. (1994). Manejo de la fauna en
América Latina. Universidad Zamorano. 378
pp. - Mac Gregor, N. (1976). Observaciones
etoecológicas sobre la reproducción de las abejas en
territorio Cubano. Resúmenes del Congreso de Biología, La Habana. - Novo, R. (1996). Análisis
Geomorfológico de una franja de la Sierra de los
Órganos. Ponencia presentada en la IV Conferencia
Científica de la Universidad de P. Del Río. 19
pp. - Nates, R. (1990). Tec niches for sampling avian
habitats USDA Forest Research General Tech. Report.
RM-87. - NRC (National Research Council). (1991). Micro
livestock I II. National academic press. Washington DC. 440
pp. - Núñez, A. (1982). El bojeo. Cuba, la
naturaleza
y el hombre. Editorial Letras cubanas. La Habana.
40-58. - Núñez, N. (1997). "Segunda Cumbre de
la Tierra: Reafirmar vs Reformas". Bohemia 7:
20-26. - O´Toole, W. L. P. (1994). The bees of West
Indies. International Zool. Yearb., 17:14-21. - Pimentel, O. (2003). Aspectos de la
bioecología de la jutía conga para su manejo
sostenible en el macizo forestal central de la cordillera de
Guaniguanico. Tesis en Opción al Grado
Científico de Doctor en Ciencias forestales.
UPR. - Parra, F. (1990). Estudio de la fauna del
Área Protegida Mil Cumbres. Sistemas
de normas
E.N.P.R.F.F. La Habana. 48 pp. - Prexot-Allen, R y C. Prexot-Allen. (1996).
Assessing the sustainability of uses of wild species. IUCN
species survival commission no. 12:17-29. - Ramos, F. (1999). El sector forestal cubano. Cuba
Forestal 1: 10. - Rivera C. (1998). Vegetación del mogote Los
Cruces y su uso para la docencia.
Tesis en opción al grado científico de Master
en Ciencias Biológicas. 63 pp. - Romero, C. (1994). Economía de los recursos
ambientales y naturales. Alianza Ed. España. 185
pp. - Sablón, N. (1999). Orquídeas nativas
de la Sierra del Rosario. Poeyana. 12: 2-10. - Samek, V. y A. Travieso. (1968). Climaregiones de
Cuba. Rev. Agr. 2(1):5-23. - Valdés, N. (2003). Efectos de la tala rasa
sobre la vegetación leñosa asociada a
ecosistemas de pinares naturales en la US San Andrés"
Tesis presentada en - Velthuis, Z. (1997). Area animals different.
Mathuen. Londres. 208pp. - Vit W. y col. (1994). The principles and practice
of buffer zones and local participation in biodiversity
conservation. SRL. 17-29. - Von Furstenberg, P. F. (1978). Wildlife utilization
and management in tropical regions. Animal Research
Development 8:13-29. - Whatson, D. (2001). Insectos y agroforesteria.
Importancia para el medio ambiente. Rev. AFT.
3:11-22. - Wille A. y Orozco, T. (1975). Wildlife utilization
and management in tropical regions. Animal Research
Development 8:13-29. - William Z. y F. Carreck, (1994). The principles and
practice of buffer zones and local participation in
biodiversity conservation. SRL. 17-29.
ANEXOS
Resultados del estudio poblacional de abejas de la
Tierra.
Zonas | Cantidad de colmenas. |
Las Catalinas (Pinares). | 44 |
Ojo de Agua (Semideciduo). | 33 |
Ceja del Río (Encinar). | 10 |
Pico Chico (Vegetación de | 40 |
Omar Pimentel Pimentel
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |